«Schaumpuma» fue la primera mezcla lingüística del Bili, el palabro que nos animó a escribir este blog para recoger todas esas anédotas, fruto de su educación bilingüe, que anticipábamos que nos iban a ir arrancando sonrisas en los meses siguientes.
El Bili es convocado para el baño. Como veo que se hace el remolón, mientras preparo la bañera lo intento atraer diciéndole que habrá pompas de jabón y que se trata de un baño de espuma. Se avalanza entonces sobre la bañera y exclama emocionado: ¡Oooooooh, schaumpuma!
Para aquellos lectores que no sepan alemán, «Schaum» es el equivalente de «espuma».
El momento en el que un niño arranca a hablar y el tiempo que le sigue son un pozo de divertimento para cualquier que pueda pararse a escuchar. Es emocionante ver cómo van aprendiendo palabras cada día, cómo se van configurando en su cabecita las reglas de la lengua y de la comunicación. En el caso de un niño bilingüe, a las anédotas habituales se suman las que derivan de la mezcla y confusión de las dos lenguas.
Aprovechamos además para reflexionar sobre el bilingüismo en general y sobre algunas lecturas en particular que iremos consultando para guiarnos en este camino controvertido e ilusionante que es la educación bilingüe.