Pequeños logros

Se suele decir que los niños bilingües suelen tardar más en hablar. Pero también hay quien opina que esta teoría no es cierta. En nuestro caso, no podemos decir que se haya apreciado ningún tipo de retraso. El Bili no ha empezado a hablar ni antes ni después que otros niños de su entorno. En mayo de 2013 decía claramente «mama», «papa», «caca» y además «danke», «Ball» y «lala» (para «yaya»). En noviembre, cuando la pediatra le hizo el reconocimiento de los 2 años, entre otras cosas comprobó sus capacidades lingüísticas y se mostró gratamente sorprendida. Quizás esperaba que no dijera ni mú, pero El Bili respondió a prácticamente todas las tarjetas que le mostró. La mayoría las nombró en alemán, un par de ellas en español. Ahora ya dice prácticamente de todo, aunque no siempre sabemos en qué idioma nos está hablando. Sobre esto les cuento un par de anécdotas otro día. Lo importante es que se hace entender muy bien: nos llama con claridad, pide pipi, dice cuando le duele algo, o dice cuando tiene sed o hambre, e incluso intenta explicar breves historias, lo cual a mí me parece un gran logro.

Pero lo que más impresionada me tiene es que empieza a reconocer las letras.

letra-a-letraTenemos un libro que compré al poco de nacer el chico, no tanto por él, sino por mí, porque me gusta mucho la tipografía y es un libro precioso. El caso es que me pedía que se lo mostrara y yo me resistía porque lo reservaba para más adelante y no quería que lo estropeara. Al final acabé cediendo y le encanta que vayamos letra por letra descubriendo todo el abecedario. El pasado viernes, mientras esperábamos en la consulta del médico, Papá le escribió algunas letras y reconoció sin dudar tanto la M como la P.

La abejita dice…

En el cambiador, El Bili echa mano de todo lo que hay a su alcance, por ejemplo, esta bolsita de gel de baño, de la que se apoderó con mucho interés el 6 de febrero. El diálogo subsiguiente fue más o menos así:beee

  • Oh, mira, mi amor, una abeja.
  • Shi, beja.
  • ¿Qué hace la abeja, cariño?

Yo esperaba que me dijera algo parecido a que se está bañando. Sin embargo, me miró extrañado. Yo lo miré expectante. Miró de nuevo la bolsita. Me volvió a mirar y respondió:

  • Beeeee, beeeeee

Comparaciones

kleine_enteEl Bili ve en un libro infantil cosas que reconoce. Cada vez que se topa con una, la nombra y sale corriendo a buscarla. Me la trae sonriente, la coloca al lado del libro y exclama

¡val ese!

Es decir, igual a ese o a esto que hay aquí dibujado. En cinco minutos hemos montado un rastrillo consistente en varias cucharas, un biberón, un camión de bomberos, una pelota, un chupete, una locomotora, unas zapatillas de ir por casa y un cepillo de dientes.

Ich/Yo (editada)

En un montón de papelitos tengo apuntadas las cosas que El Bili ha ido diciendo desde que arrancó a hablar y me han ido llamando la atención. Para no agobiar, hoy les cuento la gracieta de esta mañana y ya con calma les voy contando las anteriores, aunque perdamos el ritmo cronológico. Espero que me sepan perdonar.

Hace no mucho comentábamos si El Bili había dicho «yo» o no. Es un momento importante en el desarrollo de un niño, de ahí que le diéramos importancia. Esta mañana, mientras me cepillaba los dientes, me lo dijo bien clarito:

Ich auch, yo también

Al tiempo que me exigía con las manos que le diera su cepillo.

Queda claro que no hay nada como predicar con el ejemplo para que le hagan caso a una, ¿verdad? Viéndonos en el baño a los dos dándole al dentífrico, me acordaba de aquella campaña de fomento de la lectura en la que unos niños imitaban todo lo que hacían sus padres. Me encanta:

Revisando papeles he recordado que ya en diciembre del año pasado me soltó un «ich machen» mientras yo pasaba la mopa por casa. Evidentemente le dejé hacer. Hay que aprovechar ahora que hacen las tareas del hogar voluntariamente 😉

¿Qué es ser bilingüe?

Arrancamos este blog con una definición funcional de qué es ser bilingüe. Citamos para ello del libro de Claudio Nodari y Raffaele De Rosa Mehrsprachige Kinder. Ein Ratgeber für Eltern und andere Bezugspersonen, Haupt Verlag, 2006: mehrsprachige kinder

Uriel Weinreich (1926-1967) geht von einer funktionalen Definition von Zwei- oder Mehrsprachigkeit aus. Für ihn ist eine Person dann zweisprachig, wenn sie ihr tägliches Leben in mehr als einer Sprache erlebt. Diese Person braucht je nach Situation und Kommunikationspartner abwechselnd zwei oder mehr Sprachen. Die Definition von Weinreich geht von einem pragmatischen Ansatz an. Nicht der Grad der Beherrschung der zwei Sprachen ist maßgebend, sondern der Stellenwert der zwei Sprachen im Leben eines Menschen.

Según esta definición, tanto el Bili como yo somos bilingües. En su caso, nadie lo dudaría, puesto que está creciendo desde el principio con las dos lenguas, el alemán y el español. En el mío, ya no está tan claro, ya que yo la lengua la aprendí en el colegio y no tengo un nivel de hablante nativo. Sin embargo, como dice la definición de Weinreich, lo decisivo no es el grado de competencia, sino el uso cotidiano de ambas lenguas.

La polémica está servida. ¿Qué opinan ustedes?