En el cambiador, El Bili echa mano de todo lo que hay a su alcance, por ejemplo, esta bolsita de gel de baño, de la que se apoderó con mucho interés el 6 de febrero. El diálogo subsiguiente fue más o menos así:
- Oh, mira, mi amor, una abeja.
- Shi, beja.
- ¿Qué hace la abeja, cariño?
- …
Yo esperaba que me dijera algo parecido a que se está bañando. Sin embargo, me miró extrañado. Yo lo miré expectante. Miró de nuevo la bolsita. Me volvió a mirar y respondió:
- Beeeee, beeeeee