En un montón de papelitos tengo apuntadas las cosas que El Bili ha ido diciendo desde que arrancó a hablar y me han ido llamando la atención. Para no agobiar, hoy les cuento la gracieta de esta mañana y ya con calma les voy contando las anteriores, aunque perdamos el ritmo cronológico. Espero que me sepan perdonar.
Hace no mucho comentábamos si El Bili había dicho «yo» o no. Es un momento importante en el desarrollo de un niño, de ahí que le diéramos importancia. Esta mañana, mientras me cepillaba los dientes, me lo dijo bien clarito:
Ich auch, yo también
Al tiempo que me exigía con las manos que le diera su cepillo.
Queda claro que no hay nada como predicar con el ejemplo para que le hagan caso a una, ¿verdad? Viéndonos en el baño a los dos dándole al dentífrico, me acordaba de aquella campaña de fomento de la lectura en la que unos niños imitaban todo lo que hacían sus padres. Me encanta:
Revisando papeles he recordado que ya en diciembre del año pasado me soltó un «ich machen» mientras yo pasaba la mopa por casa. Evidentemente le dejé hacer. Hay que aprovechar ahora que hacen las tareas del hogar voluntariamente 😉